Tras los cuatro meses de entrenamiento, comenzamos la recogida de datos.
En esta fase, nuestras participantes realizarán una evaluación cardiovascular completa, junto con el análisis del gasto metabólico, composición corporal y perfil aterogénico.
A mayores, se realizarán mediciones mediante ecografía para valorar las potenciales mejoras tras el entrenamiento a nivel estructural.

Por último, se realizarán diferentes evaluaciones neuromusculares para analizar el progreso en los niveles de fuerza (evaluación en máquina isocinética y tests de fuerza máxima y resistencia muscular).